Cuando Yusnaby dejó atrás su tierra, su cultura, su gente, su Cuba querida, creyendo haberlo perdido todo, sintió quedar completamente desnudo, envuelto en un torrente de dolor, ansiedad y nostalgia. De repente como por arte de magia aparecieron a su encuentro personas maravillosas, abiertas, espontáneas, con energía, provocando efluvios positivos y relajantes que desembocaron en un nuevo amanecer y múltiples esperanzas. Yusnaby volvió a levantarse.
FIN