CORREO ELECTRONICO

jueves, 8 de junio de 2023

"Entre espías"

 




"Entre espías"

Hemos cumplido con el deber. Hemos protegido la patria tal como nos pidieron. Terminaba la misión. A la sala de máquinas se acercó un militar. Desenfundó la pistola con un poco de nervios. Pensé que me mataría allí mismo. Un dolor fortísimo se me alojó en el lado derecho del pulmón.  “¡Ya sabes, no será aquí!” -Me dijo parsimoniosamente. Me extendió una píldora con gesto amable. La acepté. Me insistió con la makarov que me dirigiera al montacarga, subiríamos a la superficie y saldríamos del recinto sin chistar. Me sabía el procedimiento de memoria, no había más.

Ya en la calle simulé que me ponía la pastilla sublingual. El bajó la guardia, yo eché a correr, de zanja en zanja, de calle en laberintos, por bosques, cerros y llanos; y corrí y corrí días, semanas, meses y años.

Hoy lo puedo contar.

 


sábado, 20 de mayo de 2023

Línea recta

 

“Línea recta”

 


La tarde cambiaba de color, se hacía de noche. El aire húmedo olía a musgos y pasto fresco. La vegetación se estremecía de vida pura. Lleno de felicidad, concentrado en sí mismo, él iba disfrutando la música estrepitosa que penetraba a destajo por los inmaculados audífonos de nueva generación. La hilaridad le envolvía. No estaba dispuesto a darle espacio a otros ruidos. Los ojos enrojecidos por el cansancio no impedían que contara los travesaños que fluyendo armoniosamente bajo sus zapatillas deportivas se sucedían a distancia estrictamente calculada. Al fondo de la línea recta del ferrocarril se divisaba el entronque que él debía tomar rumbo a su casa. ¿Siete minutos? Quizás menos. De repente notó que se iluminaba el camino, algo tras él galopaba a toda marcha. Pero no vio más, porque el choque provocado por la mole gigante de fierro fue brutal. Voló y rodó ya sin conocimiento. Después de un mes despertó en la sala de un hospital rodeado de rostros que lo observaban con mezcla de compasión y alegría. No entendía nada. Poco a poco empezó a reconocer a los que estaban a su alrededor. Quiso moverse. No pudo. Su frágil cuerpo no le respondía. Tratando de ordenar sus precarios recuerdos creyó escuchar a lo lejos el impetuoso rugir de una locomotora. Notó que unas lágrimas genuinas y liberadoras estaban por brotar. Exhalando un hondo suspiro empezó a llorar.